Perugia, la etrusca familia Cacni

En el Museo Archeologico dell’Umbria, situado en un antiguo convento de dominicos de la ciudad de Perugia se encuentra una sala dedicada a la historia de los Cacni, etruscos de la Perugia de los siglos IV al I a. de C. La historia la cuentan las urnas donde se depositaban las cenizas de los difuntos. Una de ellas se decoró con el clásico mito de “chica guapa se enamora de chico guapo, el padre de ella se opone a la relación y la pareja de enamorados decide matarlo”; una telenovela.
Los protagonistas son:

Enómao: rey de Pisa en Élide. Ahuyentaba a los pretendientes de su hija Hipodamía retándolos a una carrera de carros. Si ganaba, el contrincante pagaba con su propia vida e Hipodamía se quedaba compuesta y sin novio.

Hipodamía. No está por la labor. Doncella de extraordinaria belleza, jóvenes de toda Grecia llegaban para pedir su mano. Su padre ya se había  deshecho de treinta pretendientes cuando llegó Pélope.  El flechazo fue instantáneo. Esta vez Hipodamía no permitiría que su padre se saliera con la suya.

Pélope. Físico atlético y carro maravilloso: de oro, con caballos alados, podía correr por el mar sin mojarse los ejes. En fin, el terror de las nenas. Guapísimo pero con poca estima en sí mismo. Le tiene un miedo atroz al futuro suegro y no está muy seguro de poder ganar la carrera de carros a la que Enómao le acaba de desafiar. Tampoco Hipodamía está muy segura de que su novio vaya a ganar, así que como al que madruga Dios le ayuda, se sobornó a Mirtilo, el auriga de Enómao. Mirtilo sustituyó las pezoneras de bronce del carro del rey por otras de cera. Durante la competición la cera se derritió, el carro se partió en dos y Pélope aprovecho para matar al padre de su prometida. Tras los funerales del rey, los dos chicos se casaron, fueron felices y comieron perdices.

El momento del asesinato de Enómao es el que se eligió para decorar una de las urnas funerarias que se encontraron durante unas excavaciones en 2003 y que circularon en el mercado negro de Antigüedades durante unos diez años.

Enómao de rodillas se apoya en su carro. Un caballo relincha en el intento de levantarse, aplastado por el peso del carro. Pélope empuja hacia atrás la cabeza del rey, listo para clavarle su lanza de bronce. El movimiento es tan intenso que los pliegues de la ropa siguen el de las piernas. Hipodamía levanta un brazo desesperada, quizás arrepentida al último momento de haber contribuido a la muerte atroz de su padre.

La urna estaba pintada de rojo, azul, blanco y negro. Algunos detalles como los pliegues de la ropa, los cabellos de Hipodamía y los arneses de los caballos estaban cubiertos con una lámina sutil de oro puro.

Esta urna, junto a otras 17, se recuperaron en una operación rocambolesca que el cuerpo de Patrimonio de los Carabinieri llevó a cabo en 2013 en Roma. El hallazgo tuvo tanta resonancia que se organizó una exposición con algunas de las piezas recuperadas junto a otras que destacaban por su belleza y por el grado de integridad con el que se habían conservado a lo largo de los siglos. En 2014 se inauguró en el Museo Archeologico de Perugia una sala dedicada exclusivamente a las urnas y al ajuar funerario asociado a ellas. Después de más de 2000 años los Cacni volvían a ser protagonistas de la  sociedad perugina.