Cascia

Casia
Santa Rita, Rita, lo que se da no se quita.

Cuenta la tradición que una doncella poco agraciada se encomendó a la Santa, pidiéndole que le encontrara novio. Santa Rita escuchó el ruego aunque el noviazgo no duró muchos meses, así que la joven abandonada se dirigió a la Santa con esa frase: “Santa Rita, Rita, lo que se da no se quita”.

Lo cierto es que cada año llegan multitud de fieles que procesan una gran fe a Santa Rita. Gracias a la voluntad férrea de la Madre Superiora Maria Teresa Fasce, se construyó en la primera mitad del siglo XX la basílica que acoge los restos mortales de la Santa patrona de los imposibles.

 

Casia en medio día

Nos dedicaremos por entero a la BASÍLICA DE SANTA RITA y al convento agustino donde la Santa vivió durante cuarenta años de su vida. El cuerpo incorrupto de la Santa, el claustro donde pasó tantas horas en meditación y donde una vid seca cobró vida gracias a sus cuidados y la Sala de las Reliquias serán algunos de los lugares que visitaremos.

Y para completar el día

La opción ideal para conocer a fondo la espiritualidad de Santa Rita es llegar a Roccaporena, el pueblo natal de la Santa a unos 6 kms de Cascia, lugar de Rita hija, esposa, madre y viuda. Allí se encuentran la casa de los padres y del marido, el huerto relacionado con el milagro de las rosas y la higuera y la iglesia donde Rita inició su camino de fe y de salvación.