Narni
En busca del tesoro escondido

En 1979 un grupo de jóvenes atrevidos, espeleólogos por pasión, se estaban colgando por una de las paredes rocosas del peñón en el que se sitúa Narni cuando aterrizaron en el huerto de un campesino. Al principio los miraba con recelo, ya que pisoteaban sus lechugas y coles, pero los muchachos consiguieron ganarse su confianza y el labrador les enseñó la entrada de un lugar escondido que, según él, albergaba un antiguo secreto, quizás un tesoro. Fue una premonición de lo que la pandilla de amigos descubrirían: un antiguo convento dominico, más tarde sede de la Santa Inquisición de Roma en el que hombres de carne y hueso sufrieron el encarcelamiento por razones non sólo debidas a cuestiones de fe. Aquí Giuseppe Andrea Lombardini dejó sus grafitis como testimonio de su experiencia. Hoy es el circuito de NARNI SUBTERRÁNEA.

En la CATEDRAL DE SAN GIOVENALE la devoción popular mantuvo el culto de San Giovenale y San Casio desde el siglo VI hasta nuestros días y la IGLESIA DE SANTA MARIA IMPENSOLE es uno de los ejemplos más puros del románico umbro.